miércoles, 25 de enero de 2017

¿y que dirán si...?

Él escucho muchas veces hablar de esa persona, ansiaba verlo, por lo menos de lejos, quería conocerlo; y escuchó que esa persona pasaría por frente de su casa en la caravana de bienvenida que el pueblo le hacia, e inmediatamente pensó, ¡yo tengo que estar ahi!. Se puso sus mejores ropas pero inmediatamente se entristeció, recordó que había dos dificultades que tendría, la primera era que la gente no lo quería, él era un cobrador de impuestos y asi como se dice hablando por lo bajo, cobraba un poquito mas de lo que debía, todos conocían la razón de su fortuna y por lo tanto era un hombre odiado y despreciado ¡prácticamente podían lincharlo del lugar!; segundo, su estatura no lo ayudaría mucho, ese perdería en medio del tumulto. Pero decidió ir y ver a esa persona a como diera lugar y pasara lo que pasara, podría ser su única oportunidad. A él no le gustaba lo que hacia, y queria cambiar pero no se animaba, tal vez escuchar hablar a esa persona le daría el impulso para cambiar, tal vez la salvación llegaría a su hogar...
Salió de su casa, vió gente parada a ambos lados de la calle esperando ¡que alivio! todos están tan emocionados que no notaron su presencia, y puso en marcha su plan.. ¡si! se subiría a aquel árbol que estaba justo cruzando la calle, sicómoro lo llamaban; menos mal que había ramas bajas por las que él pudiera trepar y pudieran aguantarlo, porque siendo sinceros, su peso no lo ayudaba mucho. Pero allí estaba nuestro personaje, decidido a conocer a aquel del que tanto hablaban. 
Lo peor fue cuando la gente que estaba aguardando allí lo vio a él, al cobrador de impuestos, ¡subido en un árbol! y ni hablar de las burlas que recibió; pero las risas y el miedo de la altura que estaba comenzando a sentir, fue disipado por un bullicio mayor, ¡ya se acercaba! gritos, aplausos, vitoreos, ahí venia Jesús!!! y nuestro personaje tenia una vista perfecta del acontecimiento, había cumplido su propósito, lo habia visto...
Pero cuando Jesús pasaba justo por allí, levanto su rostro hacia ese árbol y lo vio a Zaqueo, allí vió el esfuerzo que habia hecho para verlo, y con esa voz inconfundible le dijo:
¨Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa" Lucas 19:5
La gente empezó a criticar y burlarse ¿en la casa de ese estafador, del engañador, allí irá Jesús?. Menos mal que Jesús nunca escucha a los demás, sino que el mira directamente a nuestro corazón; así como vió a Zaqueo, notó que tenia la necesidad de un cambio, y podía ayudarlo.
Emocionado de tenerlo en su casa, de no ser despreciado también por Jesus, Zaqueo prometió dar a los pobres la mitad de sus bienes, y devolver a quién defraudó cuatro veces mas. La salvación ha llegado a esta casa, dijo Jesús.
En esta historia podemos ver una persona decidida, no le importó que dijeran de él, lo único que quería era conocer al maestro, y logró mucho mas que eso. A veces solo se necesita vencer el miedo al que dirán, a los obstáculos y correr a los brazos de Jesús, él te está esperando con los brazos abiertos, para consolarte, para animarte y para ayudarte a llevar esa carga que se volvió tan pesada.
EL TE ESPERA... 

Por: M.N.

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