Tal vez algún maestro o profesor, un juez, un político, un empresario o un albañil, hombres despreciados por la sociedad, enfermos, cubiertos de llagas, personas tristes, desesperadas, con un sueño imposible de cumplir: ser sanos. Eran leprosos, eran 10.
Me imagino a algunos de ellos soñar con el dia de su casamiento, a otro soñar con aquel dia en que nació su primer hijo y la emoción que sintió al levantarlo en sus brazos, a otro recordar los chistes que compartían con sus compañeros de trabajo mientras descansaban en la sombra... todas situaciones que sabían que no volverían a vivir por causa de esa terrible enfermedad, serían como momias andantes, cubiertos de vendas para ocultar lo terrible de su enfermedad.
Pero vieron una luz de esperanza, se enteraron de alguien que podía devolverles eso que tanto soñaban, escucharon de un tal Jesús, que hacía que los ciegos volvieran a ver, los mudos hablar, los muertos resucitar; y decidieron ir por Él, pidieron misericordia. Y Jesús nunca cierra sus oídos cuando una persona necesitada busca su ayuda; pero les exigió un paso de obediencia, presentarse al sacerdote para que los declare limpio. Esto conlleva un acto de fe, pero los diez leprosos a pesar de seguir enfermos, se animaron unos a otros y fueron al sacerdote: y en el camino ¡fueron sanados!. Que alegría volver a su vida de antes, visitar y sorprender a sus familias, ver cuánto han crecido sus hijos; ¡¡¡que emoción saber que ya estaban sanos!!!.
Pero me imagino a uno de ellos diciendo.. ¿no sería bueno regresar a Jesús para agradecer por este milagro? Él nos regresó las esperanzas de vivir, la posibilidad de ver crecer a nuestros hijos, nos permitió dejar de ser aquellas personas despreciadas por la sociedad, ¡¡vamos!!. Sin embargo, uno a uno fueron poniendo excusas: otro dia.. este milagro Él lo hace todos los dias, no significa nada para Jesús.. etc, Y SOLO UNO REGRESO PARA AGRADECER POR SU MILAGRO.
Esta historia se encuentra en Lucas 17: 11-19
¿Puedes imaginarte conmigo un momento? Si hoy vienen a tu casa y te dicen que por x motivo tienes que dejar tu casa y abandonar el pueblo, y tienes prohibido acercarte a mas de 200 metros. Preparás tu bolso sin saber que vas a necesitar, pero con la seguridad que no vas a regresar nunca mas, porque ese motivo te lo impedirá. En un momento pasa ante tus ojos como una película, ya no comerás mas la comida sabrosa que tu señora prepara, mañana ya no irás al trabajo, ¡uff que alivio! pero inmediatamente te preguntas, y ¿quién proveerá para tu familia? mi esposa tendrá que ir a trabajar, pero.. ¿quién cuidará de mis hijos? y de esa película te despertas de un pelotazo que te lanzo tu pequeño para que se la vuelvas a pasar. Pero tienes que irte, y sin despedirte porque no te lo permiten. Sin embargo hay alguien que puede cambiar esa situación definitivamente, ¿no irías corriendo y llorando pedirías que te ayude?. Esa persona tiene misericordia de tu situación, sabe lo que te espera, y te ayuda a salir de allí. ¿VOLVERÍAS A ESA PERSONA PARA AGRADECER POR LO QUE HIZO POR TÍ?
¿No escuchaste por ahi esa frase que dice que muchas veces valoramos las cosas una vez que las perdemos?. Hoy te pudiste levantarte de tu cama, ver a tu esposa/o, ver a tus hijos y disfrutar con ellos, ¿no es motivo suficiente para ser agradecido a Dios?. Hoy puedes ver el sol, moverte a dónde desees, y sentirte vivo, agradece a Dios por sus cuidados, no esperes a los malos tiempos para acercarte a El. No seas como los 9 que no regresaron a ser agradecidos por el milagro recibido. ¡¡COMIENZA HOY, ES UN BUEN DIA!!
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