Continuando con la historia de aquel muchacho valiente con una fe inquebrantable en Su Dios, hoy leemos de la preparación para enfrentarse a ese gigante.
(1 SAMUEL 17:38-40) David se prepara para enfrentar a Goliat.
Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.
a. Y Saúl vistió a David con sus ropas: Saúl aún estaba en su naturaleza, en la carne, en las cosas que sólo son externas. Se le ocurrió que si este niño iba a enfrentar a Goliat, necesitaría la mejor armadura de todo Israel – la armadura de un rey.
b. Y probó a andar… Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué: Saúl intentó vestir a David con su armadura, pero no funcionó. No funcionó porque la armadura de Saúl no le quedó físicamente a David. Todo era demasiado grande, y David no podía moverse bien con la armadura de Saúl. Además tampoco funcionó porque la armadura de Saúl no le quedó espiritualmente a David. Armadura, tecnología militar, o sabiduría humana no podrían ganar esta batalla. Jehová Dios de Israel ganaría esta batalla.
i. A menudo las personas tratan de pelear con la armadura de otra persona. Ven que Dios hace algo maravillosos a través de alguien más e intentan imitarlo sin realmente hacerlo propio. La obra de Dios casi nunca se realiza eficazmente de esta manera.
ii. Tristemente, muchas personas dirían lo mismo acerca de la armadura de Dios: “Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué.” ¿Estás más familiarizado con las armas y la armadura de la carne que con las armas y la armadura del Espíritu? “Presione a algunas personas a ejercer la oración, o a cualquier otro pedazo de la armadura de Dios, y ellas le dirán, si le dicen honestamente, como aquí, no puedo hacerlo con esto, porque no me he acostumbrado a ello.” (Trapp)
c. Y David echó de sí aquellas cosas: David tuvo que renunciar a la armadura de Saúl. Él tuvo que decir “no pelearé con armadura de hombre. Mejor confiaré en Jehová y su armadura.” A menudo deseamos un “lugar intermedio” donde intentamos llevar ambos tipos de armadura. Dios quiere que confiemos en Él y sólo en Él.
d. Y tomó su cayado en su mano… cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano: David usó las mismas herramientas que usó antes como pastor para matar al león y al oso. Lo que Dios uso antes, lo usará también ahora.
i. Una encantadora – pero solamente legendaria – historia Rabínica dice que estas cinco piedras llamarón a David desde el arrollo y le dijeron, “¡con nosotros tú derrotarás al gigante!“
ii. ¿Por qué escogió David cinco piedras? Él solamente necesitaba una para matar a Goliat. Tal vez fue porque Goliat tenía cuatro hermanos. (1 de Samuel 21:18-22).
e. Y se fue hacia el filisteo: Aquí es donde importaba. David pudo haber pronunciado palabras osadas, renunciado a la armadura de Saúl y juntado sus herramientas de pastor. Pero si nunca iba a la batalla ¿qué hubiera importado? Finalmente, David tuvo la fe para no sólo habla, no sólo renunciar, no sólo preparar, sino también para ir hacia el filisteo. Esa es verdadera fe.
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