(1 Samuel 17:48-49) David mata a Goliat.
Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.
a. Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo: ¡Qué escena! Goliat, enfurecido ante la osadía de David, se levantó y echó a andar para asesinar rápidamente a David. David no huyó. No se escondió. No entró en pánico. No se tiró de rodillas a orar. En vez de eso, David se dio prisa, y corrió. . . contra el filisteo.
i. Muchos cristianos batallan justo en este punto. ¿Se supone que Dios lo haga o debo hacerlo yo? La respuesta es, “¡Sí!” Dios lo hace y nosotros lo hacemos. Confíe en Dios, dependa de él, y póngase a trabajar y trabaje lo más duro que pueda – corra contra el enemigo. Así es como la obra de Dios es hecha.
ii. “Los perezosos de nuestras iglesias ortodoxas claman, ‘Dios hará su propia obra’; y luego buscan por la almohada más suave que puedan encontrar, la ponen bajo sus cabezas, y dicen, ‘Los propósitos eternos serán llevados a cabo: Dios será glorificado.’ Todo eso es una muy buena plática, pero puede ser usada con el diseño más maligno. Puede hacer opio de ello, el cual lo arrullará en un sueño profundo y terrible, y evitará que usted sea de alguna utilidad.” (Spurgeon)
b. y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra: David tuvo la mano firme y la puntería cuidadosa de alguien que reamente confiaba en Dios. Usó la honda – una correa de cuera con una bolsa en el medio – para lanzar una piedra, matando a Goliat.
i. Esta batalla fue ganada con las ovejas. En esas solitarias horas con los corderos, David hablaba con Dios y adquirió mucha práctica de tiro con su honda. Ahora esta comunión con Jehová y su habilidad con la honda son usadas por Dios. “En el uso de la honda se requiere de mucha práctica para dar en el objetivo; pero una vez que se adquiere esta destreza, la honda puede ser tan fatal como un mosquete o un arco.” (Clarke)
ii. Todos los demás pensaron, “Goliat es tan grande, no puedo derrotarlo.” David pensó, “Goliat es tan grande, no puedo fallar.” “Un hombre con menos fe podría haber estado demasiado nervioso como para tener la puntería adecuada.” (Balikie)
c. Y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra: Tal y como el Dios Filisteo Dagón cayó sobre su rostro delante de Jehová (1 de Samuel 5:2-5), ahora el adorador de Dagón cae sobre su rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario