miércoles, 22 de marzo de 2017

ME SIENTO LEJOS DE DIOS...

¿Has experimentado esos momentos de la vida en la cual por alguna razón nos sentimos alejados de Dios?, hablo de esos momentos en los que no logramos percibir su presencia o sentimos como que estamos en un desierto en donde todo parece solitario y en silencio.
Quizá por alguna razón has dejado de orar, quizá ya no estás leyendo la Biblia como acostumbrabas a hacerlo, quizá el congregarte ahora se te hace un poco pesado y siempre encuentras una buena excusa para quedarte en tu casa.
De pronto te das cuenta que hay ciertas cosas en ti que habían desaparecido, que ahora están volviendo a aparecer. Tú lenguaje está cambiando, tú forma de ver las cosas también, sin darte cuenta de repente te encuentras pensando y viviendo como antes.
Ahora bien, yo te pregunto:

¿Te quedaras en ese estado siempre?, ¿Harás algo por salir de ese alejamiento?, ¿Hay en tu corazón una verdadera intención de mejorar tu vida junto al Señor?


Hoy quiero invitarte a salir de ese acomodo o alejamiento que sientes de Dios; quizá querer salir de allí se te ha hecho muy difícil, quizá en parte tienes la intención de hacerlo, pero tu intención dura muy poco y de pronto te encuentras nuevamente en donde comenzaste.
¿Qué hacer para salir de allí?
Primero: Tienes que intentarlo, y si fallas, entonces: vuelve a intentarlo. El inventor Edison dijo: “Peor que muchos fracasos, son pocos intentos”. ¿Cuántas veces lo has intentado?, ¿Fallaste?, ¿Cuántas veces lo seguiste intentando?, la mayoría de nosotros lo intentamos pocas veces y al ver que fallamos en el intento, simplemente renunciamos a intentarlo nuevamente.
Segundo: Comienza desde lo básico, no te pongas a querer orar una hora o dos horas, comienza con lo básico, quizá la primera semana un par de minutos, quizá cinco minutos diarios podrían comenzar a sembrar en ti la semilla de la oración. Luego de un tiempo de mantener ese tiempo puedes intentar hablar con Dios por más tiempo, quizá diez minutos o quince, y así puedes con el tiempo incrementar tus momentos íntimos con el Señor, cuando vengas a darte cuenta, tu vida será una constante comunicación con Dios. 
Tercero: Empápate de cosas buenas. Si tu sabes que visitar ciertos lugares no te traen nada bueno, ¿Qué haces visitándolos?, si tu sabes que ciertas amistades te están influenciando a cosas negativas, ¿Por qué les sigues dando tanto tiempo?, Si tú sabes que la televisión, la computadora, el ipod o cualquier otra cosa te está robando mucho tiempo que bien podrías invertir en el Señor, ¿Por qué no le das un tiempito al Señor?, estoy seguro que Él puede hacer de ese “tiempito” algo especial para tu vida.
Hoy es un buen día para comenzar de nuevo, ¡Inténtalo una vez más!, no te sigas sintiendo alejado de Dios, porque tú mismo tienes la llave para encontrarte con Él, no tienes que ir a un lugar especifico para encontrarte con Él, lo puedes hacer allí mismo donde estas, puedes cerrar tus ojos, centrarte en Dios y comenzar a hablar con Él como hablas con tu mejor amigo. Respirar su presencia y sentir su abrazo, son cosas que no se pueden comprar, pero que están al alcance de todo aquel que con un corazón sincero quiere acercarse y sentir su presencia.

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