Título en Inglés: The Old Rugged Cross
Música y Letra: George Bennard
Arreglo: Charles H. Gabriel
Año: 1912
George Bennard nació en la localidad de Younstown, Ohio.
George era hijo de un hulero estadounidense que falleció cuando el muchacho tenía dieciséis años. Este hecho impidió a George llevar adelante su vocación de cursar estudios para evangelizar pues tuvo que sostener a su madre y a sus hermanas. Su conversión se produjo una vez casado y cuando trabajaba en el Ejército de Salvación. En este organismo él y su esposa llegaron a ser oficiales. Después presentó su renuncia y llegó a ser evangelista con la iglesia Metodista Episcopal, tanto en Estados Unidos como en Canadá.
Escribió unos 300 himnos y unas cuantas melodías. Old rugged Cross (En el monte calvario) es el himno más conocido de Bennard, quien compuso tanto la melodía como la letra. Bennard explica las circunstancias en que produjo el himno.
En 1913 había estado orando por que el Señor le diera una comprensión plena del significado de la cruz y de su lugar en el cristianismo. Cuando vino a "ver" al Cristo de la cruz, la escena presentaba un método, bosquejó un proceso y reveló una consumación de una experiencia espiritual. "Mientras contemplaba esta escena mental me vino el tema del himno y con él la melodía. Pero no vinieron los versos; una voz interior parecía decirme: 'Espera.' Pasaron varias semanas de predicación en Michigan y Nueva York y de repente la letra vino casi sola y la anoté con facilidad".
Charles H. Gabriel, un conocido compositor de música góspel, ayudó a Bennard con la armonía de este himno. “En el Monte Calvario” fue cantado en su versión completa por primera vez el 7 de Junio de 1913, por un quinteto acompañado de una guitarra.
En el monte Calvario estaba una cruz,
emblema de afrenta y dolor,
y yo amo esa cruz do murió mi Jesús
por salvar al más vil pecador.
Coro
¡Oh! yo siempre amaré a esa cruz,
en sus triunfos mi gloria será;
y algún día en vez de una cruz,
mi corona Jesús me dará.
Y aunque el mundo desprecie la cruz de Jesús,
para mi tiene suma atracción,
pues en ella llevó el Cordero de Dios
de mi alma la condenación.
En la cruz de Jesús do su sangre vertió,
hermosura contemplo sin par;
pues en ella triunfante a la muerte venció,
y mi ser puede santificar.
Yo seré siempre fiel a la cruz de Jesús,
su oprobio con él llevaré,
y algún día feliz con los santos en luz
para siempre su gloria veré.
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