- El novio es Jesús.
- La iglesia nosotros.
- vasija de aceite nuestra vida.
- el aceite el Espiritu Santo.
- Lampara la palabra de Dios (la Biblia)
En esta reflexión: "Algunos estiman que la falta de aceite en las Vírgenes necias simboliza la insuficiencia de acciones virtuosas hechas en el curso de su vida. Tal interpretación no es enteramente justa. Qué carencia de acciones virtuosas podía haber ya que ellas eran llamadas vírgenes, aunque necias? La virginidad es una gran virtud, un estado casi angélico, pudiendo reemplazar todas las otras virtudes. Yo, miserable y pecador, pienso que les faltaba justamente el Espíritu Santo de Dios. Practicando las virtudes, estas vírgenes, espiritualmente ignorantes, creían que la vida cristiana consistía en estas prácticas. Hemos actuado de una manera virtuosa, hicimos obras piadosas, pensaban ellas, sin inquietarse por haber recibido, o no, la gracia del Espíritu de Dios. Justamente era la gracia del Espíritu Santo, simbolizada por el aceite, la que hacía falta a las Vírgenes necias. Ellas son llamadas "necias" porque no se inquietaban por el fruto esencial de la virtud, que es la gracia del Espíritu Santo, sin la cual nadie puede salvarse, ya que "toda alma será vivificada por el Espíritu Santo a fin de ser iluminada por el misterio sagrado de la Unidad Trina." El Espíritu Santo mismo viene a habitar en nuestras almas; y esta residencia y la coexistencia en nosotros del Todopoderoso, de su Unidad Trina con nuestro poder, para la obtención del Espíritu Santo que prepara en nosotros una morada digna de este encuentro, de acuerdo con la palabra inmutable de Dios: "Llegaré y habitaré en ellos, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo." Este es el aceite que las prudentes tenían en sus lámparas, aceite capaz de iluminar muchas horas, permitiendo esperar la llegada, a medianoche, del Esposo, y la entrada con Él, en la cámara nupcial del goce eterno. En cuanto a las Vírgenes necias, viendo que la luz de sus lámparas estaban por extinguirse, fueron al mercado en busca de aceite, pero no tuvieron tiempo de regresar. La puerta estaba cerrada. El mercado es nuestra vida. La puerta de la cámara nupcial, cerrada e impidiendo el acceso al Esposo, es nuestra muerte humana; las vírgenes, las prudentes y las necias, son las almas cristianas. El aceite no simboliza nuestras acciones sino la gracia por medio de la cual el Espíritu Santo llena nuestro ser, transformado: lo corruptible e incorruptible, la muerte física en vida espiritual, las tinieblas en luz, el establo donde están encadenadas, como las bestias nuestras pasiones, en templo de Dios, en cámara nupcial donde reencontramos a Nuestro Señor Jesucristo Creador y Salvador." Conversación de Sarov con Motovilov sobre las diez virgenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario