
¡como una diadema real en la palma de tu Dios!
Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra la llamarán «Desolada»,
sino que serás llamada «Mi deleite»;
tu tierra se llamará «Mi esposa»;
porque el Señor se deleitará en ti,
y tu tierra tendrá esposo.
Como un joven que se casa con una doncella,
así el que te edifica se casará contigo;
como un novio que se regocija por su novia,
así tu Dios se regocijará por ti. Isaías 62: 3-5
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